martes, 7 de abril de 2009

La tragedia del Ycuá Bolaños - Parte 4

12. Lo que vieron los trabajadores de la zona. Otros testimonios complementarios.

Tras lo mencionado por Escobar Faella, y como de hecho ya tenía pensado hacerlo, me fui hasta el ex Ycuá Bolaños 5, incendiado, y quise conversar con algunos vendedores del lugar, preguntarles qué vieron, exactamente, el día del incendio. La mayoría de ellos me decía que no estuvo ese día, etc., sólo uno me contestó algunas preguntas. Además, entré al santuario que está allí y conocí a Oscar Meza, quien me habló sobre su dolor.

ENTREVISTA A UN VENDEDOR DE LA ZONA FRENTE A YCUÁ BOLAÑOS (TRINIDAD). NO DA NOMBRE. LUNES 7 DE MARZO, 16:00 HS.


¿Puede contarme lo que sucedió el 1 de agosto?
El 1 de agosto comenzó a las 11 menos diez. Comenzó la primera explosión a las 11 menos diez, hacia las 11 menos 20 (sic) murieron todas las personas ya, o sea la una y eso llegaron los bomberos, estaban cerradas las puertas, Paiva salía con el dinero, de la puerta de atrás. Hubo muchas personas que se ayudaron a sí mismas, para salir. Eso es lo que te puedo decir.,

¿Usted dónde estaba en ese momento?
Acá enfrente.

Sobre el portón que está en Artigas, ¿qué vio usted?
Cerrado.

¿Con candado o no?
Cerrado así nomás.

¿Y cómo había que hacer para abrir? ¿Empujando fuerte?
Sí.

¿Había o no un guardia ahí?
Había, siempre hay luego.

¿Y dónde estaba parado él?
Estos lados, siempre estos lados.

Y cuando empezó el incendio, el humo salía, ¿él seguía ahí?
No, él no estaba más. Él ya corrió de ahí.

¿Por qué la gente no salió por ese portón?
Porque estaba cerrado.




¿Por qué no estiraron?
Difícil es por el susto y eso. Vos te vas a dar cuenta también que para hacer muchas cosas...

¿Usted piensa que se dio la orden de cerrar las puertas?
No te puedo decir eso porque yo no tuve el teléfono, nada, verdad, seguramente que él dio la orden porque él tuvo teléfono.

Ese portón, habitualmente no estaba cerrado.
No, siempre cuando se abre Ycuá Bolaños, siempre está abierto. Ese día estaba cerrado después de esa explosión.

O sea, debería haber estado abierto, pero, después de la primera explosión ¿usted vio cuando lo cerraron?
Sí.

¿Y quién lo cerró?
El guardia, una escopeta tenía ahí.

Y ahí la gente, ¿vio que se estaban quemando ahí?
Ahí en el primer escalón.

¿Por qué nadie estiraba el portón? ¿Estaba muy caliente?
¿Quién se iba a matar más? Decíme un poco.

¿Qué quiere decir eso?
Tocá la barra, te quemás.

¿Y con ropa?
Nada.

¿Y usted vio a la gente que estaba adentro?
Sí. Si nosotros hicimos el agujero allá. Entramos.. allá hay dos, tres agujeros (señala la parte de atrás del supermercado).

¿Por dónde se fueron para abrir el boquete?
Por atrás mismo. Ahí hay una calle sin salida. Por ahí. Eso es lo que te puedo decir.

¿Usted sabe algo sobre la puerta de la esquina?
Esa estaba cerrada también.

¿Llaveada?
Cerrada así nomás. No sabés si es con candado o qué, porque esa automáticamente se cierra pues.



¿Esa también suele estar abierta y en ese momento la cerraron?
Sí.

Usted dijo que el guardia corrió después.
Corrió después, estaba con nosotros allá.

¿Les siguió a ustedes?
Sí, acá estaba con nosotros el guardia.

¿Qué decía él?
Nada, miraba nomás. Si se sorprendió también él.

Un bombero contó que un guardia disparó tiros, ¿qué sabe usted de eso?
No, seguramente que... yo digo que por la explosión seguramente.

Él pensó que era... (yo estaba por decir “explosión”, y él interrumpe)
Un asalto.

Pero no dejaban entrar.
No, no dejaban luego entrar a nadie. Eso es la verdad.

Pero ya vinieron los bomberos, cuando eso.
Sí, vinieron ya. Llegaron de hacia acá primero a las 11 y 20. Esa hora mismo llegaron.

¿Usted qué suele hacer por aquí?
Vendo Bingo, bananas. Siempre, cada domingo, cada sábado, de lunes a lunes estamos por acá.

¿El guardia estaba asustado?
Sí. Vos ves luego la persona que le cambia la cara cuando se está asustando, ¿verdad? No habla, no dice nada, sólo mira y se queda ahí mirando.

O sea, él no huyó, se quedó con ustedes. ¿Ayudó a hacer el boquete?
Sí.

Aún con el uniforme de guardia.
Sí, tenía. Hay fotos.

¿Con quién huye Paiva hijo?
Con su guardia.

¿Areco era?
Areco y el morocho petiso.

¿Vos viste que era dinero lo que salía de sus maletines?
Sí. Cuatro maletines llevaba.

¿Paiva padre en qué momento llega?
Al señor yo no le he visto. Ni antes del incendio el señor todavía no estaba.

Y cuando empezó todo, ¿estaba Paiva hijo?
Sí, ese estaba ahí, sentado, mirando.

¿No hacía nada?
No.

¿Después de eso corre con el maletín? ¿Nadie le filmó?
No le vieron, seguramente por eso nomás.

¿Usted veía a la gente que estaba ahí en el estacionamiento?
Sí, se veía todo (...), acá solamente había vehículos, las personas que había adentro de los vehículos ahí se quedaron así. Esos que se iban a entrar en el coche ahí se quedaron así. Así mismo se quedaban, cuando iban a abrir los coches, así mismo se quedaban.

Usted qué piensa, ¿fue un incendio o una gran explosión, en un segundo?
Yo te voy a decir. Fue como un encendedor, el encendedor te da chispas así y después de golpe se incendia y terminó.

¿Usted cree que a las 9 de la mañana ya empezó el problema?
No.

Pero supuestamente a las 9 de la mañana una empleada comenta que hay un problema ya en la chimenea. ¿Usted no supo nada?
No. Pero a las 11:10 comenzó y a las 11:20 terminó, lo que tenía que matar, mató ya.

Hay tiempo de correr si la puerta está abierta, en diez minutos.
Sí. Había tiempo para correr, para salir, si la puerta estaba abierta. Pero el señor dijo que era un asalto, que esto y aquello.

¿El guardia?
No, el señor Paiva. Cerraron todas las puertas ahí.

Sin candado, pero como era caliente el hierro...
...nadie podía tocar pues. Ni con la ropa, ni con nada. Si te fijás bien en la foto que hay, las personas, parece que le metés en un horno y le quitás así.

O sea que en diez minutos empezó y terminó todo, ustedes quisieron abrir...
No hay forma de nada.

Y el guardia que estaba acá afuera, ¿cómo se llamaba?
Era un flaquito alto.

¿A él entonces le dijeron “Cerrá”, y después él se quedó a ayudar?
Sí. Estaba atrás de nosotros él.

¿Qué más puede opinar, en resumen? ¿Piensa que los Paiva tienen toda la culpa?
Yo digo que solamente Dios sabe quién tiene la culpa. Eso no puedo decir. Porque yo no soy nadie para juzgar a nadie.

¿Tampoco puede asegurar que Paiva padre ordenó el cierre de las puertas?
No. Porque yo no escuché, no he visto, para decir que él dijo.


A continuación de esta entrevista, se acercó a mí un hombre de 61 años, vendedor de la zona, quien quiso opinar también. Dijo:

Sinceramente, yo voy a salir siempre en contra de estos dos hombres (los Paiva). Porque él quiere más la plata que la vida de las personas. ¿Verdad? ¿Sabés por qué? Porque, yo por lo menos, sinceramente, estoy en una religión. Creyente. Y entonces, así no se puede sacar la vida. Por eso yo pienso por ahora, muchas cosas suceden por acá. Por todos lados. El mundo, vamos a decir. Y estos dos señores quieren más la plata que las personas. Esas personas que están dando siempre vida a ellos, que meten plata, le dan vida. O sea, yo por lo menos así puedo opinar con esta clase de gente. Yo me llamo Narciso, en este octubre voy a tener 62 años. Yo no trabajo los días domingos. Yo no sé qué pasó ese día, pero escuché que cerraron los portones y eso. Así yo escuché: la voz de la gente. Cerraron todo.

Hacia mi casa hay mucha gente que murió, que trabaja acá. Primero yo conozco un señor que trabaja en la panadería, un maestro de panaderos. Carlos se llamaba, el apellido no sé, un señor gordo. Murió acá. Anteriormente ese señor trabajaba en Villa Hayes donde se hace clavos y hierro. Acepar.

Nosotros no hablamos de ese tema, ¿sabés por qué? Nuestra preocupación de nuestra casa, tenemos que llevar plata. Y yo, por la edad mismo, yo quería trabajar acá adentro (señala el Ycuá Bolaños). Yo le dije a un señor, uno que está ahí, el jefe de playeros, “¿Yo no puedo venir a trabajar aunque sea de carritos?” y me dijo “No, para viejos no es. Solamente para los chicos”. Entonces yo siempre voy a salir en contra de ellos. A mí me rechazaron. Porque me tenían que tomar aunque sea para barrer acá. Y eso es lo que yo puedo decir.



Las palabras de este hombre me conmovieron, porque él es viejito, y debería estar en su casa, jubilado de un trabajo digno, descansando. Pero no, está en la calle, en esa avenida donde los autos pasan a toda velocidad. Ellos son pobres: no piensan más en cómo fue Ycuá Bolaños. Como dijera Maciel, la situación está tan mal en Latinoamérica, que pensamos sólo en el hoy, en qué vamos a comer hoy. ¿Qué tiempo tenemos para reflexionar sobre los hechos e intentar hacer algo al respecto?

Entre el smog y a pleno sol, intentando vender unas bananas en los ómnibus (algunos de éstos tienen molinetes por los que él, con la edad que tiene, debe trepar para pasar) este hombre de 62 años pasa los días, todo por un pedazo de pan. A esta humillación le somete un Estado que no fue capaz de darle la oportunidad de trabajar, en su juventud, en un lugar donde pudo haber aportado para jubilarse dignamente.

Casi nadie le compra nada, y el pobre señor alguna vez quiso ser aunque sea barrendero del supermercado, pero no es para viejos, le dijeron. No es para viejos...

Quise buscar más información, porque los vendedores mucho no dijeron. Entré al santuario que está al costado del supermercado y había algunas personas, un hombre que estaba allí me contó esto:


Mi nombre es Oscar Meza. Yo estuve en ese momento. Estuve dentro del súper ese día 1 de agosto, trágico día. Tanta es la suerte mía que salí en el momento oportuno porque al llegar a una cuadra del súper hubo la explosión. Volví para ver, pensando que era la Shell (que está enfrente), en ningún momento pensé que iba a ser el Ycuá Bolaños. Y ahí en ese momento ya he visto la desesperación de los vendedores que empezaban a romper vidrios y a luchar por sacar a la gente. Por lo menos en diez minutos... primero llegó una patrullera del 911. Ellos llegaron, se quedaron a mirar afuera. Lamentablemente no podían hacer nada porque... no sé precisar si la puerta a Santísima Trinidad estaba cerrada, pero el portón sí estaba cerrado, el que da hacia Artigas.

¿Eso era anormal, porque siempre estaba abierto?
Sí. Ese totalmente siempre estaba abierto, como todos los portones de acceso hacia Santísima Trinidad y el otro.

¿Qué más vio?
La verdad que empezamos a romper vidrios, vinimos hacia Santísima Trinidad a romper con piedras, hasta recibimos ayuda acá de un muchacho de la gomería que trajo un hierro para empezar a romper las puertas.

¿Es cierto que eran duras?
Sí, eran muy duras porque las piedras, por más grandes que sean, rebotaban. En ese momento estaba el hijo del dueño, dando vueltas, custodiado por los policías. Y él se plagueaba por romperse su vidrio. Yo estaba acá en la esquina, donde está el semáforo. Y después, ponéle 25 minutos después, empezaron a sacar la gente. A mí me impresionó cuando empezaron a salir los primeros quemados. Y tanto así que he visto una criatura de la edad de mi hijo, seis años, que salió totalmente carbonizada. Ahí vino la policía, nos retiró más hacia allá. Pero la verdad que fueron más o menos 15 personas las que estuvieron en ese momento. El niño murió calcinado. Le sacaron calcinado y le pusieron en una bolsa negra. Eso fue lo que a mí realmente me impactó, porque pensé en mi hijo, que estaba andando en bicicleta a dos cuadras del supermercado.

Ahí empezamos todos, luchamos, llegaron los bomberos. Los boquetes se hicieron después, atrás del Interbanco, se hizo los primeros boquetes con la ayuda de los bomberos. Ahí se escuchaba llantos, si realmente toda esa gente, si estuvieran abiertas las puertas de las rampas, había muchísima gente que se iba a salvar, porque la gente se amontonaba todo encima ahí, cayéndose y muriéndose.

Entonces las puertas estaban cerradas.
Sí, estaban cerradas.

Nadie puede decir quién dio la orden.
Yo personalmente no puedo porque yo estaba casi a una cuadra ya, retirándome del súper. Y ahí falleció la sobrina de mi señora, su marido, mi vecino, mi vecina... acá hay como diez fotos, acá de mi barrio (señala las fotos del santuario). Mi barrio se convirtió, digámosle, por lo menos hubo una batalla campal de una guerra. Porque en cada esquina había un muerto en Trinidad. Y yo creo que en este momento... los primeros tiempos se daban supuestas ayuditas del gobierno. Todas las donaciones que hubo, se comió todo, y ahora si no me creés, podés llegar hacia mi zona de Trinidad y ver que hay gente que hasta ahora no recibió nada. Y yo creo que es injusto. Normalmente, he visto que se están abriendo otra vez los grandes súper del Ycuá Bolaños, supuestamente para ayudarle a la gente, pero.. Hasta ahora no se dio ese resultado. Y como siempre en nuestro país, se va a quedar en el opareí.

Día a día están pasando más cosas. Yo realmente le culpo a los gobernantes. Tanto al intendente Burt, que fue él en su época se construyó, y al intendente Riera. Ellos deberían controlar los grandes supermercados que abarcaban mínimo mil personas por día. Porque esta zona es la zona de Trinidad y la gente viene más paras llevar los artículos de primera necesidad y era un domingo, fin de mes, donde todo el mundo... hasta yo mismo vine a comprar asado. Un muchacho que se llamaba Alfredo Cazal, ya murió, me eligió para mí unos cuantos cortes paulista, que él me eligió para comer y él iba a pasar por casa a comer más tarde. Él trabajaba, carnicero era. Murió y murió una cajera también que es mi prima, Casilda Meza. Para mí esto es un sueño todavía. Yo cada día paso acá por el súper, cierro mis ojos y no puedo creer lo que pasó.

¿Me puede contar sobre el carnicero y la cajera?
Acá, yo tuve la experiencia con Alfredo, que era mi conocido y mi amigo, digamos, en Paraguay es famoso decir “mi amigo”. Yo tenía que sacarle puchero que él me tenía que dar plata para sacar, porque ellos no pueden comprar mercadería del súper. Ni tampoco tienen que venir los días libres en el súper. Imagináte. Es la ley del supermercado.

Y mi prima siempre se quejaba por los maltratos, el gerente, tanto como el dueño, yo le conocí personalmente a él, porque cuando necesitaba grandes proporciones de carne venía a pedirle a él. Él le ordenaba a los carniceros y me daba rápido. Pero he visto cuando llega el dueño, que es el papá de él, prácticamente como que llega un general, todos se tienen que poder firmes o buscar cualquier cosa para hacer.

Mi prima trabajaba por lo menos doce horas.

¿Existía sábado o domingo?
No, no existe. ¿Ya viste alguna vez un súper que tenga sábado y domingo?

¿Pero entre semana no tenía un día libre?
Tenía medio día libre. O debería de hablar con sus compañeras cajeras y cubrirse mutuamente para que puedan tener un día de descanso. Dos veces por día podían irse al baño. Y el desayuno para ellos en 15 minutos, y el almuerzo 15 minutos. Merienda no existe.

¿Tenían que traer su comida?
El que podía se escapaba e iba a comer al patio de comidas. O de lo contrario comían al lado del banco, había un copetincito donde le daban de comer. Porque tiempo no tienen porque era corto su horario. Tenían que venir rápido. Sueldo mínimo ganaban, hasta ahora, inclusive tengo un amigo que trabaja ahí en Los Arcos
[1], dos tengo, ellos trabajan doce horas, pero hacen en escala, venían de mañana, a las doce se iban y venían a las tres hasta que se cierre el súper. Porque desde que empezó a trabajar en Ycuá Bolaños otra vez él no participa más en fútbol, no se va más ni tiene tiempo para irse al colegio.

¿Qué cuenta sobre el movimiento del supermercado?
Dice que es normal. Los paraguayos somos así de olvidadizos. Pero también la vida continúa y hay familias que tienen que educar a sus hijos, por un lado está bien que se abra... supuestamente ellos no son más dueños, supuestamente la Fiscalía se está encargando de eso, pero con un poco de coima, se callan.

Yo quiero que se le indemnice a esa gente. Que tengan el valor, el coraje, de sacar plata de donde sea. Porque hay gente hacia mi barrio que murió su papá, su mamá, son chicos que se quedan sin padres. Los vecinos le ayudan. Los primeros tiempos sí llegaba un poquitito, pero desde que se politizó, ya terminó. Los primeros días fue impresionante la atención que hubo, la donación. Hace poco llegó una donación de Estados Unidos, 400 mil dólares en medicamentos. Hasta hoy, ¿dónde están esos medicamentos? Nunca dan explicaciones por las donaciones que llegan.












13. La opinión de la socióloga Milda Rivarola

En la ocasión que tuve de asistir a la interesantísima charla de los “Jueves políticos” en Decidamos, invitada por mi hermano, pude entrevistar (tal como ya lo tenía pensado anteriormente) a la socióloga Milda Rivarola. Y esto me gustó, porque el primer sociólogo, Simón, se explayó y eso me ayudó a comprender muchas cosas, sin embargo, Rivarola lo que hizo fue sintetizar todo en frases que resumían la situación en la que se encuentra el Paraguay.

ENTREVISTA A LA SOCIÓLOGA MILDA RIVAROLA, JUEVES 17 DE MARZO, 20 HS., DECIDAMOS.

¿Qué sucedió el 1 de agosto de 2004?
Yo creo que lo que fue Ycuá Bolaños es la prueba de la ausencia de Estado. Y no solamente el Estado central sino también los Estados municipales y del grado de brutalidad con el que se maneja el empresariado cuando no tiene regulaciones públicas, cuando no se les impone ninguna ley. Aparte de la cantidad de gente muerta a mí lo que más me impresionó fue el hecho de que las cajeras, en medio del incendio, se quedaran a contar el dinero, por ejemplo. O sea, el nivel de terror y de miedo que esa gente tenía, o sea que tenían más miedo al patrón que a la muerte, digamos. Eso es ausencia de Estado. Es ausencia de todo: de leyes laborales, de seguridad a consumidores, de todo.

Algo que no puedo entender es, ¿quién, desde arriba, según dicen está queriendo proteger al intendente?
Se está creando una norma de impunidad para todos los que fueron autoridades. Eso es presidente, eso es contralor, eso es intendente. No sé por qué. O sea, gente incluso que nosotros estábamos convencidos de que iba a ir presa está libre en este momento, y está libre judicialmente en este momento. Supongo que Riera es parte de eso. No se le puede tocar, digamos, y probablemente tampoco se le pueda tocar cuando salga, que es el caso de Burt. Se supuso que cuando salía ya no iba a tener poder, y sigue teniendo. Pero es una regla de impunidad: nadie que mandó puede ir a la cárcel, digamos.

Ahora, también es cierto, o sea, Riera es la cabeza de la Municipalidad, la Municipalidad en general no cumplió nunca el control de normas de supermercados, y sucedió en Ycuá Bolaños, puede suceder todavía en cualquier otro supermercado. El tipo de puerta de salida de emergencia y de medidas que se tomaron es ridículo, te puede suceder mañana y va a haber la misma cantidad de muertes. O sea, también las normas que impusieron para actualizar la seguridad de supermercados fueron ridículas. Vos encontrás una puerta de vidrio cerrada con candado afuera, digamos.

¿Se podría unir todo lo que sucede: el tema de los secuestros, el tema de demonizar a un partido de izquierda, con Ycuá Bolaños, es todo parte de esa ausencia de Estado?

Por el lado de Estado ausente, ausencia de Estado que proteja usuarios, que proteja personas en la calle. Yo alguna vez mencioné que la razón inicial del Estado es la de protección de la gente, o sea, para eso está el Estado. Después nomás que se hizo educación, salud, seguridad pública, seguridad social, etc. El estado está para que la gente no se destroce entre ella, o no se muera cuando entra en una iglesia o un supermercado, y si esa función no cumple, no tiene sentido ninguna otra. Es la más básica de las funciones, y esa no está cumpliendo.

¿Por qué en Paraguay no se cumplen las más elementales leyes laborales? ¿Los empleados qué pueden hacer?
El sindicalismo está sufriendo una crisis grande. Ellos tuvieron un auge organizativo y de movilización en los primeros años de la transición. Pero cuando empezó el desempleo, cuando se agravó la crisis económica, el sindicalismo también perdió convocatoria, tuvieron mucho desprestigio de dirigentes a nivel de cuestiones de corrupción, se extinguió en muchas partes, o sea, lo único que puede garantizar, en general lo que garantiza el cumplimiento de leyes es el sindicato. O sea, no es que el Estado porque es bueno decide que esa ley se va a cumplir, no. Y cuando tenés debilidad o fraccionamiento de sindicatos es que ocurre este tipo de cosas.

¿Los supermercados y otros negocios se han aprovechado de esta crisis?
Los supermercados les cobran a los niños que llevan los carritos. Ellos les cobran. O sea, ese mita´í de 8, 10 años que te lleva tus cuestiones y vos le pagás dos mil guaraníes, tiene que pagar para trabajar. A ese nivel de barbarie, no es que no le pagan a su personal: le cobran a su personal. Y la gente tiene tanta necesidad que paga para entrar a trabajar, una locura es, una locura. Pueden hacer eso porque no tienen control. Y también porque no hay reacción ciudadana. La gente dejó de irse dos semanas al supermercado
[2]. Después se va otra vez. No hay ningún tipo de reacción. Buenos Aires se volcó a la calle por las muertes en Cromañón. O sea, también hay muy escasa reacción ciudadana.

Sobre eso, sé que los únicos que ya no van a supermercados, sino que eligen el Mercado 4 y de Abasto son los familiares de víctimas. Ahora, ¿qué podría decirnos sobre la influencia de los medios de comunicación, con respecto a la publicidad de “vamos al shopping”, compras, compras, etc?
Acordáte que los propietarios de medios son propietarios de supermercados. Y de shoppings. El dueño de uno de los canales es dueño de Stock y del Sol. El dueño de otro diario es dueño de dos shoppings. El negocio de ellos.

Y a escala global, a través del cable, por ejemplo, ¿hace que uno quiera ubicarse en un cierto nivel de “status” y no se detenga a pensar en la gente que está trabajando en esos negocios?
Hay también una cultura de shopping. A mí me impresiona de amigos y amigas jóvenes que yo tengo (bueno, ahora te citan en La Habana), pero antes te citaban a comer en el shopping. Y yo odio comer en el shopping. Yo odié siempre porque ni siquiera es buena la comida. Pero hay una cultura del shopping que es juvenil, y que trató en el interior – y quizás eso es lo más drástico del Ycuá Bolaños – : el supermercado es el shopping de los pobres.

También en el shopping, hay aire acondicionado, se van, pasean, aunque no compren nada, digamos. Comen barato.

¿Qué cree usted que va suceder en el ámbito judicial?
Yo este caso... íbamos a hacer una documental y al final los bomberos no quisieron, hubo un problema. Yo lo que conocí bien y seguí e hice informes sobre eso es el Marzo Paraguayo, que es un caso parecido. La idea general de la víctima es que la sociedad tiene que ocuparse de hacerle justicia. Lo triste es eso. Dentro de nuestra legislación vos tenés que contratar un abogado, un buen abogado, persistir en todos los procedimientos. Parte de la impunidad del Marzo Paraguayo se debió a que los familiares no conocían ese mecanismo, o no supieron usarlo. Si los familiares del Ycuá Bolaños hacen lo mismo, también van a perder. Gana un juicio quien sigue un juicio. Quien contrata abogados, quien va prendiendo incluso leyes, nuestra idea es de que la sociedad nos tiene que resarcir, no es así. O sea, son juicios privados pues. Vos ganás o perdés juicios de acuerdo a tu abogado.

¿Aunque estemos en Paraguay?
Aunque estemos en Paraguay.


























14. Miguel Pacheco: el punto de vista de un periodista que estuvo allí

Desde un primer momento, quise tener el punto de vista de un comunicador social. El día de la tragedia, me enteré de que un amigo, el profesional de la comunicación Miguel Pacheco, estuvo cerca de la tragedia, desde los primeros instantes, incluso. Cubriendo periodísticamente para la radio, pero también, como ser humano, viendo y sintiendo esa horrible experiencia, que la narra a continuación.

ENTREVISTA A MIGUEL PACHECO (RADIO ÑANDUTÍ), VIERNES 1 DE ABRIL DE 2005, 09:00 HS.

Miguel relata:

La verdad es que yo vivía a tres cuadras de lo que era el Ycuá Bolaños, en la calle que queda al costado de la calle Santísima Trinidad. Y ese domingo estábamos con Natalia
[3] charlando, mirando qué hacer. Yo vivía con mis suegros, e iba a venir mi cuñado, una típica región de domingo, íbamos a almorzar toda la familia junta. Mi suegro se puso a cocinar y en ese momento mi suegra le dice que se le terminó el jabón y que quería ir al súper. Entonces, él de muy mal humor le dice que no, que siempre que él se pone a cocinar, ella encuentra un motivo para cortarle la inspiración, y que espere que venga el hijo para irse al súper. Yo seguí mirando mis cosas arriba, ordenando un poco el cuarto, que es el único día que tenemos de ocio, prácticamente, en casa. En eso llega el hermano de Natalia, estaciona, como nunca entró, paró, se bajó, saludó a todo el mundo. Entonces mi suegro le dice que se querían ir al súper porque tenían que comprar pan, jabón, y todo eso.

Cuando suben al auto y retroceden ven una columna de humo, entonces me llaman y me preguntan “Miguel fijáte qué ves ahí vos desde arriba”, entonces digo “No sé, capaz que es la estación de servicio que se está incendiando”, que era la Shell que estaba enfrente. Y entonces yo lo primero que atino es a llamar a la radio a preguntar qué estaba pasando, y me dicen “No, lo que pasa es que hay un principio de incendio en el Ycuá Bolaños”, entonces a partir de ahí, yo agarro mi campera de la Rock and Pop, que me identificara como un periodista, me bajo, y me voy hacia el Ycuá. Y yo estuve mirando el otro día el resumen de cuenta de mi teléfono, estuve allí 12 menos 10, en ese lapso.

A partir de ahí, agarré el auto, me fui, todo el mundo salimos corriendo, a ver qué pasaba. Cuando vemos un columna terriblemente inmensa de humo le digo a Natalia “Esto es muy grosso, así que dejemos acá el auto y pongámonos a hacer nuestro trabajo”. Entonces Natalia se va por un lado, ya había llegado Cacho Forneri de la radio, encima a Cacho le habían dicho que era el Ycuá Bolaños de San Martín, se fue y ahí le dijeron “No, acá no pasa nada”, y tuvo que volver para atrás, y ahí se percató de que era el otro Ycuá Bolaños. Empezamos a relatar lo que nos pasaba, y lo que veíamos porque primero se veía una columna de humo y la desesperación de la gente y los bomberos tratando de romper el costado, la bajada de lo que era el Ycuá. Entre que relatabas, por un lado relatás y por el otro tenías que atajar a la gente que quería entrar a buscar a sus familiares. Entonces era una especie de colaboración que se armó entre todos los periodistas, como que hacíamos una cadena para que la gente no avance, porque la desesperación era mucha: que está mi hijo, que está mi hermano, que está mi tío, que están todos... En lo que era la mitad de la avenida, en el empalizado. Yo tomé conciencia de lo que sucedía cuando empezaba a salir gente, salió el nenito Enzo, salió un montón de gente que estaba quemada y llorando a gritos, y las camionetas que se apilaban ahí, y nosotros teníamos que hacer lugar para que la gente no se vaya encima de cada uno de ellos. Yo tomé conciencia cuando, en un momento en que rompieron todas las rejas de los costados, ponéle que habrá sido a eso de la una y media de la tarde, o quizás menos (cronológicamente no te quiero asegurar un horario) cuando me acerqué a un bombero a acercarle agua, entonces le pregunté “¿Había mucha gente adentro?” y él me dice “Hay pilas y pilas de muertos. Hay cientos de muertos”.

Y es como que en mí hice una involución y yo saqué la cuenta de que en ese minuto que yo estuve ahí, que habrán sido diez minutos de que empezó el incendio, yo tomé conciencia cuando este bombero me dijo que habían cientos de muertos, hice más o menos un balance: era un domingo, nosotros los domingos íbamos siempre al súper, era una constante ir a comprar una gaseosa, o pan, o lo que sea, y me imaginaba: sí, era mucho gentío en ese tiempo. Y ese día hubo más gente que otros domingos, por razones X, del destino...Inclusive los chicos de la esquina de casa, que jugaban fútbol en la parroquia, habían ganado el campeonato los chicos de la escuela uruguaya que está atrás de casa, y fueron todos a festejar, los que ganaron y los que perdieron, al final. Estaban en el patio de comidas, donde explotó todo, después me enteré de eso.

Otras anécdotas, por ejemplo, de un muchacho que se fue a hacer las compras, y se olvidó de comprar la sal para el asado, entonces, le estaban cargando y dijo “No, me voy, me voy” y se fue y entró justo en el momento.

¿Pensaste que ustedes también pudieron estar ahí?
Y por eso te conté la anécdota de mi suegro, él pudo haber estado ahí, tranquilamente, si no hubiera sido por el berrinche del enojo, que siempre lo sacaban cuando estaba por cocinar algo, mi suegra y mi suegro estarían siendo parte, dos más en la lista de víctimas. Y después de eso comenzó el trabajo de nunca acabar, de llamar a todos nuestros cronistas, que por suerte todos se acercaron de motus propio – la mayoría, al menos –, trabajamos toda la noche, tuvimos que montar acá en la radio un centro de prensa internacional, porque era impresionante la gente cómo nos llamaba, nuestras radios colegas del exterior nos pedían referencias, y después era el seguimiento, yo ya pasé más a la parte operativa, que era estar en la radio, coordinando un poco junto a otras personas, llamar por teléfono a todos los lugares, hacer las listas de víctimas a medida que iban saliendo.

Yo me retiré del escenario de trabajo (del lugar del hecho) a las seis de la tarde, pero hay imágenes que nunca me voy a olvidar, como la cara de Paiva (hijo) que estaba en la puerta, al lado del carro de bomberos, totalmente atónito, mirando, yo me acerqué, le quise hacer un reportaje, le digo “¿¡Decíme, qué pasó!?” y él me miraba y no hablaba. “¡Hey! Te estoy hablando”, entonces el seguridad me dice “N, no habla, no dice ni una palabra, después capaz que te diga algo”. Después me di la vuelta, Natalia le entrevistó a Paiva, bueno, ellos minimizaban todo el tema, se corría la voz de que había explotado una garrafa de gas, ellos nos mostraban que no había sido así, estuvo el arquitecto también, lo habíamos entrevistado en ese momento, y al otro socio que supuestamente no quiso dar la llave a esa chica que le había pedido, también estuvo allí. Ellos estaban sentados del lado de la Shell, donde estaba el camión hidrante de la Aeronáutica, tratando de sofocar el fuego del depósito.

Ahí se habían puesto ellos, tipo cuatro y media de la tarde, a mirar. Ellos hablaban, y yo creo que ni ellos se dieron cuenta de la magnitud que tenía el siniestro. Yo me di cuenta porque, una de las cosas que más me impresionó, fue después, empezamos a cubrir distintos frentes, entonces yo me fui por atrás y entré por un boquete que había hecho la Policía, y entré y empecé a transmitir desde ahí, y veía gente que sacaba en carritos los cadáveres, y una de las cosas que más me sorprendió cuando los bomberos abrieron la puerta y estaban los hermanitos, los chicos esos todos calcinados dentro del auto, los que estaban abrazados. No creo que me pueda llegar a olvidar de esa imagen. Esa fue la que justo me tocó ver a mí cuando estaba pasando por ahí. Inconsciente de mi parte haberme metido en un lugar tan peligroso, eso podía haberse derrumbado tranquilamente. Fue una cosa que hice sin darme cuenta.

Trabajamos, como todo el mundo sabe, durante las 24, 48 horas seguidas, una cosa así no creo que pueda llegar a olvidar.

¿Qué reflexionaste, qué pensaste los días siguientes?
Hoy por hoy todavía me da un poco de pánico entrar en el estacionamiento de cualquier súper. Ayer me fui al cine inclusive, y lo primero que hice fue mirar por dónde se salía y dije “¿Será que vamos a poder llegar, que va a estar libre el paso, que no vamos a chocar contra las computadoras?” (porque había computadoras. Te queda esa sicosis, por ejemplo te queda el pensar también hasta qué punto llega nuestra idiosincrasia, hasta qué punto esta irresponsabilidad, de primero, nosotros, no exigir lo que está previsto, para que podamos estar protegidos. Y segundo, qué tanta confianza les tenemos a los funcionarios públicos, que por ejemplo, estábamos en un súper del que nadie se percató que no estaba en regla. O tanta es la ambición de la gente, de solamente querer ganar dinero, que van o no a cerrar las puertas. Yo era cliente de ese lugar, siempre los dos portones estaban abiertos, vos entrabas por un lado y salías por el otro, y ese día estaban cerrados. El de arriba, yo vi que estaban pegándole con piedras a los costados para romper y abrir.

A nivel inseguridad, yo creo que estamos muy desprotegidos, todavía. Yo creo que esto está quedando en un opareí, sin darnos cuenta. La responsabilidad era de todos: del dueño que presionó para que inauguren, del que fue a hacer la verificación y dijo “sí, está todo bien, todo bien”, famoso eso “Vamos a arreglar después nomás, todo listo”. Desde ahí comienza. Tenemos que empezar a concientizarnos desde la base misma. Todo el país, toda Sudamérica, lo que pasó en Cromañón, todos tenemos una falta de conciencia de la seguridad. Por ahí tampoco podés llegar a medir el problema que se va a suscitar, porque vos decís “Esto es todo lata, qué se va a incendiar”, pero vos no pensaste que arriba hay una cosa que se está acumulando con gas, un lengüetazo de llamas que tenía no sé cuántos miles de gramos, porque era cosa de un segundo. Yo escuché muchos testimonios de que fue cosa de un segundo, tipos que se tapaban la cara y luego aparecían despiertos en un hospital. Entonces, por ahí no podés llegar a medir las dimensiones. Por ejemplo, el señor que trabaja en 1° de marzo, los hijos se quedaron en el estacionamiento, y él subió a buscar algo, y se salvó. Otra cosa que no se puede explicar, increíble, ahí en la esquina había camionetas que no tenían una gota de quemadura, pero por ejemplo ahí había una cartera de una persona a la que no se la encuentra, no siquiera sus restos. No podés entender lo que pasó ahí.

Hoy por hoy eso me quedó, ya no como profesional, sino como ser humano, me quedó la imagen de entrar a un estacionamiento y tratar de estacionar cerca de la salida, o poner el auto medio apuntando a la salida, o ver que pueda tirar para atrás o para adelante y salir rápido, y esa cosa está trabajando siempre en mi inconsciente.

O estacionar afuera, si hay lugar
Ah, sí, totalmente. Pero vos sabés que, yo creo que por más que la gente haya estado preparada para evacuar ese lugar, de la manera que se gestó eso, si es cierto lo que dice la pericia, de que arriba se armó un cúmulo de gas que fue preparándose por mucho tiempo, fue como una implosión. Vos mirás la foto aérea y esta todo hundido, no está hacia fuera, está hacia adentro, en algún lado entró una bocanada de oxígeno que fue la que avivó el fuego, que hizo que se haga el lengüetazo, después el fuego con el monóxido volvió otra vez, porque no tenía salida.

Yo en los informes que tenía que dar al exterior, que eran muchísimos, hacíamos tres turnos: mañana, tarde y noche acá, había momentos en que charlaba con la gente y se me quería quebrar la voz, de la bronca y el dolor. Quedé demasiado expuesto e involucrado con el tema de estar muy cerca, porque vos imagináte que yo estaba parado, y a medio metro pasaban los cadáveres, los chicos...

¿Lloraban algunos, verdad?
Sí, y gritaban. Yo estuve desde que sacaron al primer herido. Y me quedé ahí porque estaba transmitiendo, luego me suplió Osmar y me fui hacia atrás, y Natalia quedó un poco más relegada, hacia el lado de las camionetas. Para nosotros era impactante ver colas y colas de camionetas del 911 llevando gente. Otra cosa que me impactó fue cuando la gente empezaba a pasar a Tropi Club.

En el ámbito de la prensa, ¿ustedes cómo toman el tema? Porque hay gente que se queja de que la prensa medio se está olvidando del tema...
Nosotros, a nivel periodístico, constantemente estamos tocando el tema. No lo dejamos así nomás. Siempre hay un dato para aportar. Hoy en El ventilador por ejemplo puede que se toque el tema, el programa que hacíamos en la tele antes, ahora está en radio. No dejamos pasar el tema, la política de la radio es tratar de mostrar el otro lado de la historia. Tratamos de no dejarlo en el olvido, porque es algo para no olvidar, en todo el mundo, fue uno de los siniestros más grandes del planeta. Hoy todavía me pongo a pensar y me da “cosas” hablar del tema. Te voy contando y las imágenes se van sucediendo, segundo a segundo, en mi cabeza. Me vienen muy claras las imágenes.

Otra cosa que me viene es la solidaridad del pueblo. Por más de que vive sufriendo, por más que la pasa muy mal, siempre existen ese billete de más para poder dar, o esa ropa más, o esa medicina de más. Y eso es por ahí lo positivo que pudimos rescatar de esta tragedia, nosotros acá vimos cómo la gente donaba cosas, aún no teniendo nada. Pudimos ver por la tele, cómo Palo hacía la maratón, cómo juntaban dinero para poder sepultar, y cómo también otros avivados como esas casas fúnebres, te cobraban cosas irrisorias, porque vos en el dolor tuyo no te dabas cuenta de lo que firmabas. Se aprovechaban. Entonces, vos ves las dos caras. Y bueno, cada uno con su conciencia, pero por sobre todas las cosas lo positivo es la solidaridad del pueblo, que a pesar de que está muy mal, siempre tiene algo para dar, para aportar.

Luego, cada uno con su responsabilidad, tanto el intendente que salió, como el intendente que entró, no sé si tanto el intendente, pero sí su entorno, los encargados de ir a hacer la revisión todos los años. Porque, bien que ellos te cobran para hacerte la revisión. Se ve que no la hicieron, o que el tipo es un neófito en el tema, que no sabe nada de prevención. ¿Cuán preparados están nuestros inspectores? Tenemos que preguntarnos también. Yo creo que ellos realmente tienen que especializarse sobre el tema. Yo creo que así se van a evitar muchos incendios. Y en las escuelas tendrían que hacer ensayos generales de cómo salir de los edificios.


























15. Entrevista a un especialista en prevención de incendios

ENTREVISTA A UN ARQUITECTO ESPECIALISTA EN PREVENCIÓN DE INCENDIOS – JUEVES 31 DE MARZO, 09:00 HS.

Un arquitecto experto nos ayuda a entender en qué consiste un siniestro y otros puntos importantes para comprender esta tragedia del Ycuá Bolaños. Prefiere no dar su nombre, porque en realidad, él opina que la mayor parte de la culpa la tiene la Municipalidad ( y eso le podría causar que no le contraten para alguna cosa).

El arquitecto explica:

Vamos a definir lo que es un siniestro. Hay tres etapas que son la parte de prevención del incendio, la parte del combate y la parte del peritaje del siniestro. Y del peritaje se sacan las experiencias para volver nuevamente a la parte de prevención. Esa es la cronología de todo hecho, de este tipo de siniestros. Cada uno, como su nombre lo dice, no hace falta definir, porque se entiende perfectamente. En la parte de prevención hay dos etapas principales que se llaman las defensas pasivas y las defensas activas. Las defensas pasivas, básicamente, tenemos la arquitectura, en las normas, en la construcción. Y las defensas activas ya son los elementos de alarma, la parte de los equipamientos, extintores, etc., y por último entraría el Plan de emergencia. El Plan de emergencia es lo que se tiene que hacer en caso de un siniestro, tiene que estar siempre por escrito, de tal forma de que la gente pueda practicar. Dentro del Plan de emergencia está lo que se llama la evacuación, la evacuación no es solamente salir, como se hace acá, no, tiene que ser organizado. Eso implica también la parte de cultura, cultura del pueblo que lo usa. Tendría que comenzar esta parte que es muy, pero muy importante, en las escuelas, en los niños, enseñarles a no temer al fuego, enseñarles a comportarse ante situaciones de riesgo, de peligros. Por darte un ejemplo, en caso de quemarse, tendría que rodar, no salir corriendo. Es peor. Todas esas cosas, hay material, hay investigaciones en los grandes países: en Estados Unidos la N.F.P.A. (National Fire Protection Asociation), los estados europeos, Japón, etc. Prácticamente de ahí derivan las normas que se usan en el mundo, pero estos son los países que más gastan en investigación.

En Paraguay, en forme genérica, primero, no existe como materia curricular ni en la facultad de Arquitectura ni en la de Ingeniería. O sea que el arquitecto, que tendría que ser la base de todo esto, no está preparado, no tiene conocimientos. Los colegas en general creen que leyendo la Ordenanza municipal, ya está todo. Y no es así. No es así, y ahí es donde aparecen los errores de diseño. Cuando tienen mayores errores de diseño (los edificios y otras construcciones), es cuando para tratar de solucionar tienen que poner mayor cantidad de equipamientos. Ahora, los bomberos voluntarios, o los bomberos en general, ellos se lanzan más por el tema del combate. Ellos son combatientes, no así en la parte de prevención. Porque para prevención tienen que tener conocimientos de espacio, de arquitectura, leer en los planos. Un ejemplo clásico de eso te puedo dar: las computadoras. Las computadoras necesitan mínimo cuatro tomas, si no es más. Para solucionar aparecen las famosas zapatillas, pero esas zapatillas dónde se enchufan, se enchufan en cualquier lado. El cable de salida de las zapatillas es de ocho milímetros, aproximadamente, y se enchufa en un tomacorriente común, que a lo mejor es de 1,5 – antes era de 2, pero ahora es de 1,5 para economizar –. Entonces uno, de 1,5, les está proveyendo energía a uno de 8, ¿qué produce eso? Calor. Puede darse el caso, con el tiempo, de que recaliente demasiado el plástico que recubre ese cable. Y ahí comienza el problema. El combatiente tiene capacidad para detectar ese riesgo, y como solución te pone un extintor. Al final, el extintor qué es: es un arma para el combate, no es una prevención. La prevención cuál sería en ese caso específico: desmantelar ese cable, cambiarlo por mínimo por algo igual al de tu zapatilla. Y eso también se da en la gran mayoría de los comercios que usan maquinarias que necesitan electricidad y a lo mejor tienen cables muy gruesos, por la necesidad de uso, por más que ellos muchas veces llevan hasta un tablero pero a lo mejor están adquiriendo energía con cables de hasta 10 milímetros, y sin embargo la conexión a la calle usan solamente de 4 milímetros. No es el único riesgo, no es que ahí precisamente va a ocurrir siempre.

Aparte de eso hay que tener en cuenta de que el fuego es un enemigo muy grande, un enemigo muy formidable que nunca se presenta de la misma forma. Entonces no es una cosa así tácita “esto va a ocurrir de tal forma”, no, eso es mentira. Va a ocurrir de mil maneras, nunca se presenta de la misma forma, lastimosamente. Pero tenemos que aprender a conocerlo, a no temerlo, y a saber cómo combatirlo. Que entra mucho en la educación de los encargados de los distintos estamentos, ya sea de los guardias de seguridad, ya sea de la gente que hace mantenimiento, ya sea de la gente que hace los controles de esos mantenimientos, que sería la parte gubernamental, en este caso, el Municipio. El Municipio tendría que tener – no lo tiene – el programa que se trajo al Paraguay, se trajo de Cali – Colombia – en donde funciona muy bien el relacionamiento del Cuerpo de bomberos voluntarios con el Municipio de allá. Y funciona bien porque en el departamento de Prevención, que es el que acepta el plano, está un arquitecto bombero no combatiente. O sea, no tiene la mentalidad del combate. Entonces, nosotros acá tenemos un ingeniero que está en la Municipalidad, pero, entiendo yo que no es especializado en ese tema. Ese es el que acepta.

A criterio mío, específicamente en el caso de Ycuá Bolaños, ¿qué es lo que pasó? Por las deducciones de los informes peritales que hicieron los americanos, una serie de personas, todo se inició en el tubo de la chimenea de esa panadería. Ese tubo de chimenea tiene un defecto en el sentido de que sube seis metros, ahí le pega una curva de 90° en vez de ser una curva a 45° o lo mínimo posible, de modo que no dé lugar a que se quede el producto. Porque en una superficie plana es más fácil que se asiente – la grasa, en este caso –. El tubo no puede seguir porque probablemente tenga arriba algún tipo de viga y necesita desviarse, fue hecho a 90°, hubiese sido de 35°, 45°, de modo a que no facilite la acumulación de grasa, porque la grasa se vaporiza y luego se asienta, se pega por las paredes. Pero si vos le ponés una superficie plana, como este caso, se acumula más.


Todo se quema, hasta la harina. Acá, al tener esa curva, y allá arriba nuevamente vuelve a tener otra curva, y le ponen un extractor de aire para ayudarle en el tiraje de humo. Uno dice ¿cómo el fuego puede subir esos seis metros?, ahí abajo donde se hace el fuego, en la parrilla. Lo que pasó es que ese humo caliente derritió esa acumulación de grasa arriba, a los seis metros, y eso empezó a venir por la pared como si fuese una gota y funcionó como si fuese una mecha. Por él subió el g}fuego y agarró el resto de la grasa que estaba arriba, se prendió, por supuesto, y ahí comenzó a irse. Ese fue el inicio. Ahí empezó a acumularse humo, en cantidades grandes, se escapó allá arriba y se fue y se metió justamente entre el cielorraso por una abertura existente que supuestamente le servía de ventilación al cielorraso, pero ahí se nota el desconocimiento de la prevención, hay una cosa elemental: el humo no baja, el humo sube. Y ese espacio entre el cielo raso y el techo estaba ventilado por la parte de abajo, no por la parte de arriba.

Ahora, es tanta la cantidad de humo que se fue acumulando, que se saturó el ambiente y se produce un hecho muy raro, casi único digamos, que más bien ocurre con los combustibles, la nafta por ejemplo, cuando está dentro de esos grandes bidones, a medida que se consume hay más espacio y se va llenando de gases, porque él se evapora de por sí. Si eso se llega a quemar en un momento dado, se produce, aparte de combustible, lo que se llama el bleve. Bleve es una explosión, una bola de fuego que en el caso de los combustibles puede ir hasta 500 y más metros a la redonda, eso es casi instantáneo. Acá se produce flash point, o punto de la llama, que es una bola de fuego, una bomba que explota.

Ese humo concentradísimo, caliente, y que como no tenía forma de salir por abajo tendría que haber salido por arriba y siempre explota y daña el lugar más débil, siempre el lugar más débil nada más es lo que se rompe. Si se hubiese roto el techo no hubiera pasado absolutamente nada – se hubiese quemado – pero no el resto. Rompió qué, el cielorraso, el más débil, porque es material de espuma o algo, que también es combustible. Ahí empezó la explosión. Eso baja por ese lugar que rompió, y el fuego empieza a buscar oxígeno, aire. Entonces, instantáneamente, segundos, es que va pasando y va buscando. Y quema todo lo que encuentra su paso, petrifica prácticamente, por eso las personas quedaron duras en el lugar, murieron instantáneamente. La puerta de vidrio que tenían para bajar al subsuelo, probablemente, por comodidad – por los chicos que llevan el carrito – habrá estado abierta. Encontró espacio el fuego, ahí, y bajó, por la famosa rampa y fue quemando los vehículos que tenía a mano. Ahí se empezó a generar el humo, el gas carbónico, y ese gas carbónico volvió a subir y volvió a matar al resto. Ya en forma más “normal”, lo que es un incendio, que la gente muere por inhalación y después se quema. En el primer caso era una quema instantánea, en una fracción de segundo aquellos mató. La misma cosa se nota en los coches, los conductores quedaron petrificados con el volante en la mano, inclusive en la misma posición, porque era una explosión, una bola de fuego que venía a buscarles. Es como si pusieses un cajón de dinamita, y ahí hace la explosión y él se va, hasta encontrar el oxígeno, y luego hace la implosión, o sea, vuelve para adentro pero ya apagándose, habiendo consumido todo el material.

Eso es lo que pasó ahí. Se agravó la situación – eso van a determinar los fiscales – con el hecho del cierre de los portones, pero eso también era una norma en la Cámara de supermercadistas, por miedo al robo, cerraban en todos lados, no solamente ahí. No habiendo un Plan de emergencia, no saben qué hacer, en el Plan de emergencia tiene que estar todo especificado, si se va a cerrar el portón, automáticamente cierran, pero tiene que estar todo por escrito, y eso hay que practicar. No es cuestión de tener tipo libro en tu casa, que vos ni siquiera leés.

Eso es lo que ocurrió, a grandes rasgos. Es difícil determinar quién tiene la culpa. Por los estudios que yo hice, yo no le culparía al dueño. Por más que la gente dice “Ese es un bandido, es un sinvergüenza” – yo no les conozco a los dueños, no son mis amigos, en nada – pero vos tenés que ponerte en la situación de ellos, como propietarios de un negocio grande, como ellos no pueden construir, no pueden proyectar, ellos derivan eso, contratan gente que supuestamente les van a hacer, y les van a cuidar la espalda. Ahora, ¿es culpable o no es culpable? El tipo tiene que saber de prevención de incendios ¿Quién sabe acá de prevención de incendios? Nadie. Ese profesional hizo un lindo proyecto, y estaba bastante bien equipado desde el punto de vista del combate, yo he visto los planos, estaba bastante bien equipado, tenía alarma, tenía extintores, tenía sistema de agua, tenía tanque elevado, en la mayoría de los casos estaba dentro de los límites para correr la gente, sólo que eso no ocurre en un bleve, porque son segundos, y el tiempo de evacuación normalmente es de cinco minutos, según las normas y según las prácticas. Bueno, el hecho de si tenía o no todas las dimensiones, las salidas, no te lo puedo decir porque tendríamos que trabajar en base a un plano, ahora, ¿tiene culpa ese arquitecto, o no tiene culpa? Es difícil decir porque primero, no tenía conocimientos en el tema de prevención. Si a él no le enseñaron en la universidad. Eso es una cosa.

Otra cosa: le ¿aceptaron el plano? Le aceptaron. Él tiene aceptado el plano, lo que no tiene es la inspección final. Pero, la inspección final es simplemente verificar si está hecho lo que se presentó, si falta alguna cosa, o hubo modificación del proyecto, entonces le obligan a presentar una planilla extra a efectos de cobrarle las tasas correspondientes a la construcción. Uno es el proyecto desde el punto de vista de la construcción, el reglamento de construcción, y lo otro es el plano de prevención de incendios. En la parte de construcción te voy a dar un ejemplo: en el reglamento de la construcción las paredes linderas, las que dan hacia el vecino, tienen que ser de 30. Pueden ser de 20 mínimo, para arriba. Por nuestros ladrillos comunes casi no se usa de 20 porque es difícil trabar y lleva más tiempo y si te descuidás, pagás más mano de obra. Entonces la gente hace de 30. Si vos hacés tu plano y vos presentás a la Municipalidad con pared de 15, ese plano es rechazado, te hacen cambiar y tenés que adecuarte. La misa cosa si usás más del 75% del espacio de tu terreno, no podés techar todo tu terreno, tenés que dejar siempre una cierta área mínima establecida por el Reglamento General de la Construcción. En la parte de prevención de incendios también ellos pueden rechazar, y desde el momento que aceptan, te están autorizando a que vos construyas.

Aparte de eso, han pasado tres años – de la construcción del Ycuá Bolaños V – y esta gente pagó la inspección anual al Municipio. Cosa que el Municipio nunca verificó ni insistió en la inspección final. En este momento hay 30 mil construcciones en Asunción que no tienen inspección final. Y para más, pasaron tres años. Entonces, ¿qué es lo que pasa acá? ¿Quién es el culpable? Yo no tengo nada que ver en el tema, no quiero acusar, simplemente, lo poco que o estudié en el tema, es lo que yo te estoy diciendo: para mí, el dueño no tiene mucha culpa acá. Como propietario, como paraguayo, siempre somos bastante amarretes, siempre queremos lo más barato, probablemente habrán utilizado algún tipo de material más barato, que es típico en Paraguay. Ahora, lo que yo estoy viendo es que nuestro país es muy conformista, muy estático, y prácticamente han pasado seis meses – de la tragedia – no se ha hecho absolutamente nada, no se ha modificado ninguna ordenanza, no se ha entrenado, no han estudiado, no se han mandado gente (especializarse), al contrario, recurrimos a lo que es típico e4n Paraguay: a traer extranjeros para que vengan a hacer, en vez de cuidar los pocos puestos de trabajo... hay gente especializada. Pero es cuestión de agarrar con pinzas quién, o reunirlos a todos y ver qué se puede quitar. Eso es, para mi criterio, lo que se tendría que hacer.

Acá las autoridades tienen que llamar, pero ellos están trayendo gente, el Comité de Emergencia Nacional trajo una partida de españoles. Yo no tengo nada contra los españoles ni contra los extranjeros, pueden ser muy especializados en su tema, todo eso, respeto, pero hay nacionales Lo que no se tiene es criterio. Porque una cosa es combate y otra cosa es prevención. Son dos cosas distintas. Acá lo que se hizo, se hizo después de ocurrir eso, se empezó a recorrer discotecas, supermercados, todo lo que supuestamente tenía riesgos. Pero quién otra vez hizo esa inspección: combatientes. Y no es por ahí. Supuestamente con esa inspección está todo. Con las sugerencias que dieron, ya está todo. Y mentira. Esto es una bomba de tiempo. Esto es cuestión de tiempo. Fijáte vos lo que es, por no contratar a quien se debe contratar – a especialistas – por no hacer las cosas como se deben de hacer, en el caso del cierre de los portones, por darte un ejemplo. ¿Cuánto creés que pudo habérsele robado a este señor? ¿10 millones de guaraníes? ¿20 millones de guaraníes? Y si se le roban 20 millones de guaraníes, ¿cuánto le costó la demanda esta? Eso es por un lado. Y la parte de prevención, un especialista, ¿cuánto le pudo haber costado? A precio internacional, grande, 20 mil dólares.

Yo diría que hay falta de cultura, falta de aprendizaje. El dueño nunca se imaginó que pudiera ocurrir, nunca uno se imagina. Y tampoco se imagina la magnitud, eso es lo más difícil de definir: lo que podría ser. Justamente en los cursos que hice te empiezan a dar algunos items, y entre los principales está analizar la posible magnitud de eso. Primero, por la cantidad de material inflamable que puede haber, que se pueda utilizar, que se pueda manejar, productos químicos, y tiene inclusive una unidad de medida que es kilocalorías por metro cuadrado de construcción. Hay fórmulas para calcular eso, entonces de acuerdo a eso vos te das cuenta del riesgo que estás corriendo, del tiempo que puede tardar en quemarse eso. Esos son los estudios que tendrían que hacerse en la parte de arquitectura para que él pueda prever, además de las normas. Las normas actuales ya habría que actualizar.




¿Qué tenemos que hacer nosotros, ya que los lugares no están fiscalizados, para protegernos?
En la parte de educación, existen códigos de ética del ser humano y existen prácticas específicas por edades. La N.F.P.A. y la O.P.C.I. (Organización para combate contra incendios) donde yo estudié, que es la versión en español de la N.F.P.A. y está muy radicada en Colombia y Venezuela.

¿Cuáles son los lugares más peligrosos en Asunción?
Todos los lugares a donde concurre la gente. No se salvan. No te puedo decir específicamente tal. Pero en las grandes concentraciones de masa. Acá de lo que se trata es de salvar vidas humanas, no los bienes. Todos los edificios del gobierno, el Palacio de justicia...

¿Por qué se dice que el nuevo edificio del Congreso es peligroso?
Y porque está mal diseñado. Su salida de escape da a un patio interno, y ese patio interno no tiene por dónde escapar. Y para más, el edificio es inclinado, quiere decir que si se desploma, se va a desplomar sobre la gente que escapó. Elemental. Aparte de eso tienen un tanque de gasoil ahí abajo, supuestamente para cargar combustible en caso de apagón, para un generador, pero eso es ridículo, porque ellos no necesitan, porque en caso de que se apague la luz, ellos simplemente salen, no es como un hospital, que de repente tienen la necesidad de continuar, no puede parar una operación de corazón, o de cerebro, no se pueden sentar a esperar que venga la luz, el paciente se les muere. En el caso del Congreso, es un riesgo innecesario.

En cuanto a los bomberos, yo no tengo nada en contra, yo soy capitán de bomberos, pero con lo que yo aprendí, los famosos sicólogos hasta les toman a los bomberos como pirómanos reprimidos (muestra unos libros). En realidad, los bomberos hicieron un trabajo muy bueno, rescataron muchas vidas, son héroes, y cuando vos te largás contra ellos es como si te largás contra un muro. Pero ellos también tienen la culpa, porque ellos firmaron con la Municipalidad la parte de la tercerización de la inspección, y ellos cobraron por eso.

¿En Paraguay no habrá solución hasta tanto no se contrate gente especializada antes de cada construcción?
Acá los que tiene que hacerse es un estudio de punta a punta de cuál es la situación y cuál es la solución. Eso es lo que tiene que hacerse. Hablamos de tres a cinco millones de dólares, y la Municipalidad no tiene eso. (Lee en voz alta sus apuntes): “Para muchos, ser bombero es ser combatiente del fuego. La idea es combatirlo, contenerlo, enfrentarlo. Poco o nada se piensa en prevenirlo”.

¿Quién entrena a los bomberos?
De Chile. Chile es su base, el creador del cuerpo los Bomberos voluntarios es Miguel Ángel Estigarribia, que trajo de Chile. Él falleció. El me había pedido para ver qué podíamos hacer. (Sigue leyendo): “No entienden – los bomberos – que los elementos de protección son de la ingeniería de la seguridad”.


¿Los bomberos deberían dedicarse también a la prevención, dando charlas?
No. Tendrían que tener un arquitecto no combatiente en su departamento de Prevención, que tendría que aceptar los planos. Pero tiene que ser un arquitecto que no tenga la mentalidad del combate. Los combatientes ya son de una etapa posterior. En caso de que llegue a pasar, ahí es donde ellos entran.

“Las consecuencias des estos desastres dependerán en un alto porcentaje del nivel educacional y cultural de la población afectada”. Lo que acá, nada que ver. Si no hay eso, en el espacio mejor protegido, lo mismo van a morir. “El fuego ejerce una atracción casi sexual sobre el hombre. Es un enemigo formidable, y a combatirlo se dedican millones de bomberos, pagados o voluntarios, otros.” “Pudiéramos decir que los bomberos tienen mucho de pirómanos. Todos quieren tener su prueba de fuego una y otra vez.” “Poco se dice de los héroes vivos que hacen prevención, que vigilan instituciones antes y durante la construcción, y durante su uso, quienes educan a la sociedad en escuelas, hogares, industrias, comercios, quienes velan para que sitios de reunión social, artístico, cultural, deportivo, disfruten con tranquilidad, quienes disminuyen los riesgos en la vida cotidiana, no propiamente eliminándolos, pues la vida moderna implica riesgos, pero sí enseñando a conocerlos, a respetarlos sin temor (...)”.

¿Qué debemos hacer para cuidarnos cuando entramos a un lugar público? Ya que en Ycuá Bolaños murieron tantas familias, con niños incluso.
Lo principal es la evacuación. Primera cosa. Segunda cosa: no salir corriendo. Una vez que se quemó, digamos, en un lapso muy corto, aquello siempre se llena de humo, y al inhalar ese humo, es la muerte segura. Entonces, lo mejor es agacharse, hasta cierta altura el humo no llega – casi nunca llega hasta abajo –, entonces lo mejor es agacharse y gatear, sin desesperarse.

Pero si uno no corre, el otro le atropella.
Y esquiváte. Déjale pasar.

Si yo corro, ¿inhalo más humo?
Estás parada. Este es el estudio que se hace, algo científico, ya demostrado en aulas (muestra un libro): el tiempo que tarda el humo. Si estás sentado a la altura de un escritorio, en un ambiente cerrado, a los 25 segundos el humo ya casi llega a la cabeza. Si te das cuenta de que no vas a poder llegar a la salida, buscá algún baño, e indicá que vas a estar ahí. Porque el baño resiste más, por el azulejo. Si es posible, mojá toallas, taponá las posibles entradas del humo de las puertas. Otra cosa, nunca abras una puerta sin tocarla antes, porque puede haber fuego adentro. Habiendo fuego adentro, la puerta está caliente. En las casas, las mangueras de gas, normalmente el tubo de conexión de la garrafa a la cocina, porque es más barato, acá se usa de plástico, lo aconsejable es cambiar cada año, y acá tienen añares. O usar el de goma, que cuesta más caro pero que sirve cinco años. Y la garrafa explota sólo si recibe fuego de otra garrafa.




¿Y cuál es la prevención para el tema garrafas? ¿Por qué siempre hay miedo con eso?
Por desconocimiento. El gas abierto, si el ambiente está cerrado, al prender la luz, automáticamente va a explotar. Si dejás algo abierto, como una ventanita, no, pero por miedo al robo mucha gente cierra todo. Y en general, hay que mandar a revisar todas las instalaciones eléctricas, en especial en los edificios viejos. También nosotros, en las ciudades, les sacamos lugar a los bichitos y les dejamos sin comida, a las hormigas y por falta de comida entran dentro de los caños de electricidad y comen el plástico, ahí se producen los pequeños cortocircuitos. De noche si hay silencio vos escuchás un crujido. Lo interesante es tener alarmas, detectores, suenan cuando ocurre algo. Si la casa es muy grande y estás durmiendo, no te das cuenta de que algo se incendia en la cocina, por ejemplo.


Además, el experto explicó que los hospitales no se evacuan, igual que las cárceles. Entonces tiene que tener un plan de prevención casi perfecto en donde se pueda resistir ahí hasta tanto se pueda recibir ayuda. Porque en un hospital la gente no puede salir corriendo. En las cárceles debe haber patios internos.

Y mencionó: “Yo hago auditoría, asesoría en la parte de prevención de incendios
[4]”.

























16. Habla el intendente Enrique Riera


Mucho habían hablado algunos entrevistados sobre la Municipalidad y la responsabilidad del intendente, por lo que no entrevistarlo hubiera sido dejar un vacío en este libro. Por eso, a la última persona que recurrí fue a él, a modo de cerrar las ideas planteadas aquí. Esto fue lo que dijo.

ENTREVISTA AL DR. ENRIQUE RIERA, INTENDENTE DE ASUNCIÓN. LUNES 16 DE MAYO, 08:30 HS.

Las preguntas que le voy a formular se basan en cosas que escuché de la gente en este proceso de entrevistar a varias personas. ¿Con motivo de qué estaba usted de viaje el 1 de agosto?
La historia real del viaje a Buenos Aires, bueno. Ayer hace un año, a las dos de la mañana sonó el teléfono, largo, y yo cuando llamo de madrugada a veces creo que son periodistas y trato de no interrumpir mi sueño. El hermano menor de Cruz
[5], que se llama Alejandrito, tuvo un accidente de tránsito a las dos de la mañana , yo no atendía porque sonaba, sonaba, sonaba y creí que era un periodista o alguien que llamaba a casa a molestar. Finalmente atendimos el teléfono y nos fuimos con Cruz a las dos de la mañana porque Alejandro estaba en el sanatorio San Roque, sin ninguna lesión externa pero con un terrible dolor en la espalda. Cuando nos dimos cuenta y los médicos dijeron, tenían que operarle porque había tenido un problema en la columna vertebral y le tenían que operar dentro de las tres horas para tratar de descomprimir las vértebras y para tratar de evitar que el daño sea mayor. Como consecuencia de todo eso, se llegó a la conclusión de que se le habían destrozado tres vértebras de la columna y él tiene 23 años y está en el quinto año de la Facultad de Derecho. A partir de ese momento asumimos la responsabilidad de la atención de Alejandro, él tenía seis años cuando yo me casé. Prácticamente era un hijo más.

Entonces, a partir de ese momento, mis suegros, que tienen edad, tuvimos ciertos recelos de cómo podrían reaccionar, entonces asumimos el rol. Cruz es la madrina de Alejandro y este era un chiquito que cuando yo me casé tenía seis años, dormía en la cama, en el medio de nosotros. Cuando pidieron los médicos la autorización para operarle le di yo la autorización. Tenía que haberle dado el padre, verdad. Pero cuando amaneció le avisamos, yo no quería que vean el auto en esas condiciones ni tampoco sepan qué le pasó al hijo, finalmente sucedió, se enteraron. Y a los días le tuvieron que volver a operar, le pusieron unos hierros, unos caños, unos bulones para que pueda erguirse, no podía ni sentarse, unos dolores terribles en la espalda. Entonces se empezó a buscar a dónde podía ir: a Estados Unidos, a Brasil, a la Argentina. Los médicos recomendaron Argentina. No podía viajar sentado. Entonces tuvimos que conseguir el avión… el primer vuelo oficial del avión ambulancia que compró el gobierno fue esto. Pagamos combustible, pagamos piloto, yo hablé con la gente de la Fuerza Aérea, fue el primer vuelo, se fueron hasta Buenos Aires, lo dejaron ahí, entonces por razones obvias los cuatro hermanos se turnaban para ir 20 días a Buenos Aires para acompañarlo en su recuperación sicológica. La primera que fue, fue Cruz. Mientras ella estaba 20 días yo me hacía cargo de los chicos, me hacía cargo de ser intendente, de ser profesor y de ser papá, porque cuando yo no estoy Cruz se encarga de ellos, yo estoy acá 14 horas al día. Entonces nuestra familia cambió de un día para otro, Cruz se iba 20 días, y desde las compras del supermercado hasta la atención de los chicos yo tenía que organizarme acá y naturalmente era momento de apoyarla como ella me había apoyado tantas veces. No hubo ni un minuto de discusión, se hizo así. Finalmente entonces qué pasaba, que ella venía, estaba muy desgastada, y yo tenía que recuperarle otra vez mientras se iba otra hermana, y a los 20 días, un mes, volvía otra vez a irse y así estuvimos casi seis meses mientras duró toda su recuperación. Además, había que poner verdad (dinero). El último período de recuperación Cruz me llamó por teléfono un sábado, el último sábado antes del 1 de agosto, que fue domingo, y me dijo “Tengo dos noticias, una buena y una mala. La buena noticia es que Alejandro viene en 20 días, le van a dar de alta y puede volver a casa (le estaban arreglando las ramas y eso). La mala noticia es que quiere que me quede con él hasta que vuelva”. Pero ahí ya le iban a vencer sus 20 días, o sea, tenía que quedarse otros 20 días más de estadía, eran 40 días. Yo le dije que bueno, que no había problema, que le iba a apoyar pero que me preocupaban los chicos. Pero naturalmente le iba a apoyar igual, entonces le dije que no se preocupe, que yo me iba a hacer cargo de todo y que yo tenía una inauguración en el zoológico.

Me fui el sábado a la mañana a la inauguración en el Botánico y a las 12:30, una de la tarde me entró la locura de ir a darle una sorpresa, ir a verla, sin que ella espere. Llamé por teléfono, compré un pasaje en TAM y me fui el sábado a la tarde, y caí el sábado a la noche sin que ella se espere, para darle fuerzas para aguantar los próximos 20 días. Y me quedé con ella en el sanatorio, y con su hermano, y al día siguiente de la mañana del 1 de agosto, estábamos todos desayunando, nos estábamos riendo, y a eso de las 12 del mediodía cuando íbamos a almorzar me llamó mi secretaria privada, me dijo que había un incendio en Asunción, y que era bastante grave porque había tres muertos. Me dijo “No se sabe cuánta gente hay adentro pero de momento hay tres muertos”. “Esto es una tragedia – le dije -, voy a ver cómo podemos hacer para volverme”. Le llamé al embajador paraguayo que es de allá, Manuel Cáceres, y Manuel me dijo “Mirá, las informaciones que yo tengo son más graves”. Estuvimos en contacto por teléfono y a medida que pasaban las horas iba aumentando la cifra, y entonces ahí ya conectaron la señal de TN con la de Telefuturo y pude ver desde el hospital en directo el incendio. Y yo me sentía muy impotente estando allá, sin poder volver, mi vuelo estaba paras doce de la noche en TAM, y entonces le dije al embajador que me consiga un avión para volver a cualquier lugar a cualquier precio, y no conseguía, y después me llamó a decirme que había un avión de la Fuerza Aérea con médicos argentinos que iba a salir a las seis de la tarde de una base militar llamada El Palomar. Entonces le dije “Bueno, lleváme ahí, mandáme un auto, yo quiero volver con ellos”. Después no salía a las seis, iba a salir a las ocho porque los médicos no llegaban, las medicinas tampoco, después de las ocho pasó para las diez, cuando iba a salir a las diez me dijo “Mirá, esos aviones son muy lentos, corrés el riesgo de llegar más tarde que tu propio vuelo, ¿por qué no te quedás nomás hasta las doce de la noche y lo hacés?”. En ese interin y a la distancia yo llamé al jefe de gabinete, a las ocho, le dije pongan un PC en el INTN, pusieron una carpa. Le dije que me prepare una resolución para habilitar fondos especiales para casos de emergencia y que de momento todo el personal del Municipio haga lo que tenga que hacer, apoye, y se fueron todos los directores allá, con los walkie talkies, se pusieron vehículos, combustible, hasta mi chofer sacó cuerpos de adentro, mi vehículo se utilizó para eso. Entonces cuando yo llego a las doce de la noche convoqué una reunión de urgencia de Gabinete en el aeropuerto y ahí me pusieron al tanto de todo lo que estaba pasando y yo me fui directamente del aeropuerto al lugar del incendio. Y entré a la noche en el Ycuá Bolaños, cuando estaba todo rodeado, entré en el subsuelo, entré arriba, entré abajo, firmé la resolución en el aeropuerto habilitando fondos especiales y les dije dos cosas que quizás fueron un error político: lo primero, prohibí sacar rédito político de una tragedia, “No quiero ninguna foto, no quiero ninguna conferencia de prensa, no quiero que digan qué hace el Municipio, no quiero nada, esto es un horror”. Eso fue un error. Tendría que haber informado lo que hice, porque la gente creyó que el Municipio estuvo ausente. Pero no me daba el espíritu en ese momento, ni a nadie, estábamos todos muy tristes.

Y a partir de allí me fui a la Caballería, estuve hasta las cinco de la mañana ayudando a la Fiscalía, identificando los cuerpos, trasladando lo que haya que trasladar, se tomó la decisión de proveer todos los cajones, todos los acompañamientos, todos los guantes, todos los tapabocas, todos los alimentos para todos los voluntarios de las primeras horas puso exclusivamente el Municipio. Eso nadie sabe. Se exoneraron todos los costos de entierro, en el Cementerio del este, en el Cementerio del sur, en la Recoleta. Conseguí el apoyo de mis colegas de AMUAM, yo era presidente de AMUAM porque se acabaron los ataúdes en Asunción, se acabaron los cementerios y los espacios en Asunción. Y a las cinco de la mañana intenté ir a dormir y no pude, me levanté al día siguiente a las ocho estuve de vuelta ahí en el lugar, recorriendo, viendo cómo seguir apoyando, y lo segunda decisión que tomé fue apoyar a las víctimas hasta el último día de mi mandato, sí o sí. Me importaba un rábano lo que digan, si había ataques políticos, eso lo íbamos a discutir después.

Naturalmente el COMUEDA – que era el Comité Municipal de Emergencias y Desastres de Asunción – funcionaba solamente en épocas de inundaciones, en mi mandato, cinco meses después de llegar, le asignamos los fondos, nunca tuvo fondos el COMUEDA, por suerte, fue una premonición, dos años después pasó lo que pasó. Y tuve la desgracia de que pasó en mi ciudad y en mi mandato. A nadie le importa que el supermercado se haya construido, no controlado e inaugurado en el mandato anterior. El 7 de diciembre de 2001 se inauguró, el 18 de diciembre de 2001 llegamos nosotros, unos días antes (se inauguró).

Los 17 funcionarios que tocaron ese expediente, todos los que pusieron firma y sello fueron sumariados por nosotros.

¿De la época anterior?
Claro, pero seguían siendo los mismos en mi época, yo no cambié esa gente. Y de ellos fueron sancionados ocho, los que tenían poder de decisión. Y todos sus antecedentes se enviaron a la Justicia.

¿Esa es la situación actual?
Esa es la situación actual. Y la justicia revisó eso y consideró que los grados de responsabilidad penal son personales, y que por ende sería un precedente jurídicamente inapropiado que por cada acto que haga un subordinado mío, de los 5.500 funcionarios que tenga, yo tenga que tener responsabilidades personales. Porque con ese criterio, el día de mañana, si el presidente tuviera que hacer un desalojo de una finca en Ypehú, y algún miembro de la fuerza pública se enfrentara con un campesino y pasara algo, él podría ser personalmente responsable y no es así. O sino no se podría gobernar, verdad, nadie podría ejercer el gobierno.

Ya que estamos en el tema, ¿qué pasó con la famosa fiscalización?
No, lo que pasa es que ahí hubo un malentendido. Las normas que rigen, Reglamento General de Construcciones y Ordenanza de prevención de incendios que es del año 87, y que algunos concejales que nos criticaron duramente jamás revisaron a pesar del millonario sueldo que reciben verdad, algunas áreas no lo hicieron. El procedimiento es así: cuando una persona quiere construir un supermercado o quiere construir un edificio, lo que sea, tiene que traer su plano. Ese plano se aprueba en Gabinete. Ese plano, antes, entregaba a un inspector que iba al terreno y verificaba si estaban bien las medidas, si tenía vereda suficiente, etc., después tendrían que haber hecho inspecciones periódicas mientras se va construyendo, porque sino, nunca vos te enterás si tiene caños o no tiene caños esa pared, dónde están los cables, cómo es el sistema de electricidad, cómo son los ascensores, si tiene o no tiene, etc., y después de terminar las inspecciones parciales, el propietario o el constructor – así dice la norma – “el propietario o el constructor” debería haber notificado a la intendencia de la época anterior – que no lo hizo – para que venga a hacer la inspección final, para ver si todo lo que está en el papel está en el terreno. Esa inspección final nunca se realizó. ¿Por qué la ley descarga en el propietario o el constructor? Porque las construcciones privadas no tienen plazo. O sea, cuando vas a hacer tu casa, hacés de acuerdo a tu plata. Cuando es una ruta, hay multa si no se termina en un plazo. Pero en tu casa a veces hacés la cocina y el dormitorio, y dejás el baño y el quincho para el final. A veces le ponés solamente plástico, no tenés plata para las ventanas. A veces tapás una parte y la otra no. ¿Cuándo termina de construirse una casa? ¿Cuando pusiste el piso, cuando le pusiste la teja, cuando le cambiaste la puerta, cuándo? No hay forma de saber, solamente de acuerdo a la plata que tenés.

Entonces, cuando termina, antes de entrar a tu casa, o al supermercado, vos tenés que llamarle y decirle “Señor intendente, quiero que me inspeccionen para poder habilitar mi casa, o mi supermercado”. Y no lo hicieron. Entonces al no estar nunca habilitado, desapareció del área. Yo encontré acá, después de todo esto cuando tantos problemas hubieron, desde el año 1991 hasta el 2001 – gobierno Buró, gobierno Filizzola – 30.000 construcciones sin inspección final que figuraban como terminadas. ¿Por qué? Porque cuando yo entré, el área que aprobaba los planos era la misma área que inspeccionaba en el terreno, entonces habían arreglos ahí. Entonces cuando yo entré corté eso, que el área que aprueba los planos es una, y el área que inspecciona es otra. La inspectoría general que se creó. Esta aprueba en el Gabinete, esta aprueba en el terreno. Entonces hay un control cruzado. Pero ese es un nuevo sistema. Entonces lo que aparece como que se cobró y no se hizo, es una segunda inspección que se hace por efectos tributarios, lo que hacen es medir si tenés los metros cuadrados construidos para cobrarte impuestos, no para verificar las condiciones de seguridad del local.

Estamos todos re desinformados entonces.
Estamos re desinformados porque se politizó el asunto. Era una excelente oportunidad para mis adversarios para tirarme con todo y decir un montón de cosas, pero bueno, y también hubo sectores involucrados de la prensa interesados en esto. Pero en ese momento, te digo, ya era imposible explicar, por eso es que ahora está en manos de la justicia y va a investigar. Esto siempre fue así, ahora después de todo eso que pasó se formaron a instancias del Municipio lo que se llama “1A”, y entraron las universidades, las facultades, el Círculo de ingenieros, el Colegio de arquitectos, la Universidad Católica, la Universidad Nacional, la CAPACO (Cámara paraguaya de la construcción), la COPACONS, la CAPAVI… qué sé yo, todos los grupos, y entre ellos están revisando lo que tendrían que haber hecho algunos concejales que nos criticaron, todas las normas para la realidad. Porque mi trabajo es administrar, dentro del marco de las ordenanzas y las leyes, el trabajo de estos señores es modificar las leyes.

¿Y eso no ha avanzado?
Esa ordenanza están todavía discutiéndola.

El concejal Boh dijo en Radio Cáritas, hace unos días en el programa de Carlos Martín, que no se ha cambiado nada aún.
¿Y quien tiene que cambiar? Qué curioso, a mí me exigen cobrar impuestos, pagar cuentas, arreglar la ciudad, comprar semáforos, alimentar los animales del zoológico, limpiar el Mercado 4, limpiar el Mercado de Abasto, recuperar la Terminal, hacer el Teatro Municipal, solucionar el problema de Cateura, y ¿qué hacen estos amigos que critican, como el concejal Boh? ¿No tendrían ellos que estar todo el día rompiéndose la cabeza haciendo ordenanzas nuevas?

Él mencionó el aspecto que hay que cambiar, el tema de separar las fuentes de calor del resto de la edificación.
Dos cosas nosotros hicimos en el acto: una, inspeccionamos todos los supermercados, y ahí se enojaron muchos, algunos periodistas también con nosotros, porque cerramos nueve. No tenían ni plano de prevención de incendios. Otra, se está estudiando la posibilidad de mantener las fuentes de calor fuera del lugar de venta. La tercera, la de evitar los entretechos, porque es el lugar donde se acumuló el gas y yo tengo hoy suficientes elementos para decir que de todas las pericias que sucedieron en ese incendio, realmente lo primero fueron: características atípicas, esto no lo digo yo, lo dijeron expertos chilenos que estuvieron acá trabajando, y segundo, tuvo características accidentales desde el punto de vista de la imprevisibilidad y la imposibilidad de evitar. Vamos a poner la hipótesis de que en la época anterior hubiesen entrado 100 inspectores, jamás se hubiesen dado cuenta, lo mismo que esto (señala el techo), ¿cómo sabemos si hay gas acá arriba?




O si la chimenea tiene forma de “S”.
Y está por verse si el codo de la chimenea realmente es el que generó la fuente de calor, porque no fue en la parrilla como creen algunos – según la opinión de algunos expertos – sino fue hornos de panificados, son hornos eléctricos cuyas chimeneas no salían arriba.

Y un supuesto material importado, que no debía ser inflamable y sí lo fue.
Claro. Yo no sé, yo creo que las razones, el fondo de eso las tiene que investigar la Justicia, sin presiones mediáticas, desde luego que esto fue muy manoseado, muy presionado, nosotros pasamos muy mal pero también nos dimos cuenta de en que muchas de las manifestaciones que tuvimos, fue poca gente y políticamente interesada, gente de Patria Libre, gente del filizzolismo, con nombre y apellido, no es que me contaron a mí, yo vi las fotos en los diarios.

¿Por qué en aquella manifestación no les dejaron entrar a los que estaban protestando y sí a los que lo defendían a usted?
Mirá, ahí pasó una cosa muy curiosa. La cuarta vez que intentaron intervenirme – porque acá hubo una persecución política feroz – mucha gente se enojó porque el que maneja quién entra y quién sale de la Junta Municipal no soy yo, es el presidente de la Junta Municipal, que como vos sabés tiene diferencias políticas conmigo. Entonces dejó pasar a las víctimas que están instrumentadas políticamente y dejó afuera a víctimas que realmente creen que esto tiene que estar en manos de la Justicia.

Pero si los que entraron estaban a su favor.
No, al revés fue. Entonces ahí vino una gran manifestación y me acusaron de atracar la Junta. Yo tenía por qué atracar la Junta, si teníamos los votos seguros. Entonces la segunda vez decidí declarar asueto, prohibí que nadie se acerque a la Junta, para que resuelvan ellos solos sin ningún tipo de presión. Y ahí se enojaron otra vez también. Como para que no haya nada, ni gritos, ni piedras, ni insultos, ni nada, que resuelvan solos.

Pero yo vi en la televisión que los que estaban acá adentro comiendo (en la Municipalidad), decían, a su favor, “El intendente no puede controlar a sus 5.000 funcionarios”, etc. Eso quiere decir que los que supuestamente estaban a su favor, entraron.
Claro, y hay mucha desinformación en esto. Yo te voy a decir una cosa, yo a esta altura del campeonato, después de 20 años de hacer función política, ya no acepto. Si te dije al principio que no quería réditos políticos, menos quería instrumentación. Acá ha venido gente de buena fe a decirme que no está de acuerdo. Te tengo que mostrar fotos y cartas que tengo guardador por ahí donde vas a leer la instrumentación, quizás esto pueda convencerte (saca una carta con una fotografía y lee):
“María Regina Rojas vda. de Jiménez, C.I. nro tal, y madre de Ofelia Noemí Rojas – que es la chica que está acá en esta foto
[6] -, Rubén Rojas Sánchez, tío de Ofelia Noemí, no hemos participado de la manifestación del día 1 de febrero, frente a la Municipalidad ni hemos autorizado el traslado de la cruz ni la foto de nuestro familiar. Personas inescrupulosas e irresponsables llevaron la cruz y la foto del santuario. Hacemos esta aclaración a las autoridades municipales que siempre nos han ayudado.”

Yo puedo conseguir esto, fijáte, sacan la foto, traen la foto, ponen la cruz, y los padres y los tíos me dicen que ellos no autorizaron. ¿Qué más prueba de instrumentación? Y esta foto salió en el diario. Pero me mandaron la foto con la carta. Acá tenés otra (muestra otra similar).

Lo que pasa es que se entiende que las víctimas se enojen con todos. Por ejemplo, en una reunión salió una señora, dijo que no se manifiesten porque sino le iban a quitar sus víveres y demás.
A esa señora que tiene la venda en la cara, el director del área de salud del Municipio, cuatro veces personalmente le puso crema en todo el cuerpo. Cuatro veces. Y era el más dolido cuando le vio acá. Porque entonces no entendía la reacción. Y yo le dije “Mirá, con las víctimas no podés enojarte. El que perdió un ser querido tiene un dolor insoportable”. Yo no discutí jamás con una sola de las víctimas, y a todos los que se manifestaron se le sigue dando. Es cierto que vino gente que con intención de decir “Para qué le estamos ayudando si se están manifestando”, pero primero que son pocos, y segundo, que no podés entrar a discutir el dolor que sienten. Dejá que se manifiesten y seguimos ayudando hasta el último momento, se manifiesten o no se manifiesten. Todos, sin excepción, todos sin exclusión, hasta el 18 de diciembre de 2006, que yo sea intendente, van a seguir recibiendo asistencia de COMUEDA.

¿Pero usted no se enteró de ninguna manipulación?
No. Prohibí. Es más, algunos estuvieron con fotos que no eran de parientes suyos, como este caso. Igual. Andá averiguá si hay discriminación en COMUEDA, no existe. Tenemos nombre y apellido, y cada 15 días retiran todos, los que se manifiestan inclusive. Eso no va a variar, ni una coma.

¿Se acuerda de la señora Berzabé? Vino a hablarle una vez.
Una vez vino una señora a plantearme un tema parecido y yo derivé eso al área responsable, pero los planteamientos que se hicieron no eran tan fácilmente aplicables, según me explicaron los técnicos. Porque es una cosa, cuando vos querés ayudar, yo recibo cartas de montones, dicéndome todo lo que tengo que hacer: tengo que poner semáforos arriba y abajo, tengo que poner señalización en la ciudad, muy bien, el problema es de dónde sale la plata y cómo se hace, verdad. No es tan fácil. Pero si la memoria no me falla – porque yo recibo, acá pasan 140 mil papeles por año – yo firmo 40 mil por año, entonces yo no recuerdo concretamente pero sí recuerdo haber hablado, y es más, creo que estuve con su hijo o su hija en la Fiscalía, una vez, abrazados, llorando.

Su marido murió en Ycuá Bolaños, él una vez había presentado proyectos de prevención de incendios, según ella me dijo.
Sí, los proyectos existen, el problema es que la ley no se cumplió en alguna medida. Ahora, si ese cumplimiento de la ley generó la tragedia, yo tengo mis dudas. Yo más bien creo que acá hubo una situación accidental atípica, además con puertas cerradas no hay proyecto de incendio que funcione. Si se hubiese evacuado el local hubiese habido daños materiales nomás. Y ese es un problema. La gente murió adentro, si vos ves la distancia entre el patio de comidas y la puerta, son diez metros, no puede ser que vos no llegues corriendo.

O sea, usted afirma que estaban cerradas.
Sí, claro, confirmadísimo. De eso estoy seguro.

Pero había varias puertas.
Hablando con gente que vino a visitarme, dicen que hubo una corrida adentro cuando vieron una puerta cerrada se fueron al otro lado, encontraron que estaba ya la gente trancada, se encimaron, y curiosamente los que cayeron y quedaron cubiertos por otros cuerpos, se salvaron.

Yo personalmente creo, por todo lo que me han dicho, que los portones estaban cerrados y que las puertas de vidrio no estaban llaveadas pero se abrían sólo hacia adentro ¿eso viola alguna ordenanza?
Eso yo no sé, che. Pero si fue así, viola la ordenanza y los inspectores que no lo hicieron tiene que saber. Acá el problema es que hay una parte de la responsabilidad, compartida por el resto de la sociedad, que ojalá alguna vez se asuma, porque sino es muy fácil cargar todo en las autoridades. ¿Qué pasa con el que coloca las puertas, si sabe que no lo puede hacer? ¿Por qué lo hace? Bueno, está bien, hay que controlar, pero controlar todo, ¿qué organismo controla todo? Vamos a poner el caso del ministerio de Haciendo. ¿Controla todas las contabilidades de todas las empresas? No, elige algunas, ¿verdad? Suponéte que ahora esta mañana esté entrando un camioncito con leche, que trae de un matadero, y esa leche tiene adentro veneno para ratas y mata todo un barrio, ¿quién es responsable? Porque yo tengo que controlar: pollo, huevo, leche, carne, queso, todo lo que consumís en la ciudad tengo que controlar yo. También tengo que controlar todos los edificios, todas las chimeneas, todos los semáforos… ¿qué pasa con el ciudadano? ¿No tendría que tener un porcentaje alto de responsabilidad? Si no, vamos a tener 600 mil asuncenos y 600 mil controles, uno detrás de cada uno, y si no te controla, pasás la luz roja, y si no te controla, metés carne de contrabando, si no te controla, entonces vos construís mal. No puede ser.

¿Fue un error ir a la misa en Trinidad dos semanas después de la tragedia? ¿Fue por el día del Niño?
No, ese fue un atraco político. 15 días después, no fue por el día del niño, fue por las víctimas. Invitado por las víctimas. Me invitó un grupo de víctimas y el propio Monseñor Pastor Cuquejo. Yo leí la Biblia, yo hice la procesión alrededor y no pasó nada, hasta que entré adentro. Con mis hijos me fui, y con mi señora. Pero cuando estaba adentro y antes de terminar la misa entró un tipo gritando. Y ahí me informa un guardia y mi jefe de Gabinete que mi camioneta estaba rodeada y que gente de la prensa estaba indicando cuál era mi camioneta, eso me contó mi chofer. Y se acostó una persona delante y una detrás para que no pueda salir con mis hijos. Y entonces tuve que salir por la sacristía, por ellos, porque yo iba a ir por el frente para explicar lo que había que explicar, o para que la gente se queje, la autoridad tiene que dar la cara.

Pero cuando me di cuenta, los propios sacerdotes me dijeron que “Doctor, protegé tu familia”, cuando yo vi que venían 30, 40 tipos como para tirarles piedras a mis hijos, ahí ya me olvidé de ser intendente y fui papá.

No pensó usted que eso le podría pasar si iba a ese barrio.
No, no, porque yo entiendo el dolor de la gente, pero las circunstancias en las que se dieron este fenómeno, estaban buscando necesariamente algún culpable, jamás pensé. Es más, lloré yo en la misa varias veces, por el dolor. Me abracé cuando daban la paz con un montón de víctimas, parientes, con la familia Jiménez, con la familia Gutiérrez, con todos. Si yo leí la Biblia, mi señora leyó la Biblia. ¿Creés que yo voy a hacer…? Absolutamente, parea nada, hasta hoy, es más, cuando me llaman los visito, y ahora se está haciendo un programa de reinserción a los que tengan huérfanos, insertarlos en familias, a los jóvenes, conseguirles trabajo o becas, algunos trabajan conmigo acá en el Municipio porque no tiene formación para insertarse en el sector privado, a otros les estamos insertando en el sector privado en empresas que trabajan con el municipio.

¿Y por qué usted no promociona eso?
No quiero. Y no lo voy a hacer. Lo único que yo te digo, te garantizo que cuando yo salga de acá el 18 de diciembre de 2006, la gente que está recibiendo la ayuda del Municipio, hace casi nueve meses, de la única institución que les sigue apoyando, pasó todo ese tiempo, dejó de ser noticia y ya algunos canales no nos hacen caso, otros que al principio eran los grandes figurettis tampoco, los únicos que cada 15 días damos kits alimentario, damos kits escolares, ponemos vehículos para transportar los enfermos, liamos las vendas, les pagamos todos los remedios, y les estamos ayudando a recuperarse socioeconómicamente, es el Municipio de Asunción. Esa es mi gran recompensa, no una foto en el diario ni un reconocimiento de nadie.

¿Y esos fondos de dónde provienen?
Esos fondos provienen de los impuestos. Vienen del 0,5% del impuesto inmobiliario, según ordenanza. Lo que pasa es que el COMUEDA se creó en la época de Martín (Burt). Una cosa es la tasa de prevención de incendios y otra es la tasa de inspección de incendios. La prevención es la aprobación de los planos, la inspección la deberían hacer los bomberos, pero como los bomberos eran una especie de palabra bendita hasta hoy, valientes y admirables por todos, cuando yo llegué a decir lo que la ley dice, casi me matan, “Estás tirándole la culpa a los bomberos”, no le estoy tirando ninguna culpa, la ley dice eso. Los bomberos tienen que inspeccionar anualmente.


Pero parece que no hay expertos en prevención, sí en combate.
Sí, pero ahora está todo el mundo haciéndose, se acabaron los extinguidores, está embotellado el quinto piso de la gente que quiere regularizar sus planos, esto provocó incluso una discusión ética en las universidades, ¿qué tipo de profesionales estamos nombrados, ingenieros, arquitectos? Que modifican los planos sin avisar al Municipio para no perder el trabajo, esto provocó una crisis muy profunda.


¿No se da la materia prevención de incendios en la carrera de Arquitectura?
Ahora se va a dar una materia que se llama Ética profesional para formar ingenieros y arquitectos que no sean capaces de cambiar sus planos por presión de sus propietarios. El propietario le dice “Sacáme esta ventana, ponéme esta rampa” y eso no está aprobado por el Municipio, “Después vamos a arreglar con el Municipio, sino vamos a cambiar de arquitecto”. Y el tipo eso. Entonces, hoy tenés toda la ciudad prácticamente en una situación de irregularidad. Hay un proceso de regularización gigantesco. ¿Cuántos funcionarios necesito yo para hacer 30 mil inspecciones finales? ¿1.000 funcionarios más? ¿Quién paga?

En este momento hay 17 instituciones evaluando cómo se va a hacer. Y lo que se va a hacer ahora es un certificado de inspección final donde cada uno va a asumir su responsabilidad. Es decir, que cuando vos termines tu obra y digas “Bueno, vení a revisar mi supermercado, intendente” yo te voy a mandar la inspección final, y nosotros vamos a inspeccionar una parte, el que te colocó los hornos, va a poner que certifica que los hornos están bien. El que puso el ascensor, el que hizo las instalaciones eléctricas también, entonces vas a tener un papel así de grande que va a tener pegado: certificado de inspección final, la firma de todos los que hicieron las instalaciones. El arquitecto dice que él no contrata las instalaciones.

Y el dueño dice que él le derivó al arquitecto.
Correcto, y después va a tener abajo una póliza de seguro, contra terceros y contra incendios. Y para que te den una póliza, el edificio tiene que estar bien. Entonces vas a tener la patente municipal, el certificado de inspección final y la póliza. Y mis inspectores no van a ir a ver si funciona o no funciona el techo, porque no tienen ni idea de cómo hacerlo, no tienen competencia. La resistencia de los materiales ¿quién verifica? ¿cuánto dura? ¿Tiene las paredes adentro caños o cables? ¿Cómo va a saber? Entonces se hace la inspección final, la póliza de seguros y la patente municipal. Nosotros vamos a fiscalizar, no es que vamos a inspeccionar. Esa es la nueva forma. Y los constructores, así como cuando construís una ruta, tendrán que tener un fiscalizador externo. Nosotros vamos a tener una lista de fiscalizadores, vos podrás elegir, bueno éste es mi constructor, este mi fiscalizador. Y ese también va a poner la firma: este construye, este fiscaliza. Y nosotros vamos a fiscalizar todo.

¿Eso es lo que se está haciendo ahora?
Eso es lo que se va a implementar ahora.

¿Desde cuándo?
Se está implementando pero no está vigente porque, te repito, las ordenanzas modifican los concejales. Yo te quiero mostrar a vos, y te vas a reír, cuánto es la producción de los concejales, para que después hablemos de responsabilidades. Porque espectacular es pedirme la intervención a mí pero, ¿cuántas ordenanzas por año dan? El que más hizo, hizo tres ordenanzas por año.

¿Cuántos concejales hay?
24, de cinco partidos políticos. Algunos trabajan mucho, pero algunos de los que me critican, cero. Tres años sin ni una sola ordenanza. Y ganan más o menos 12 millones de guaraníes por mes.

¿Cuál es su trabajo? Controlarme, y regular. El mío es administrar la ciudad sin plata, muy bien. Yo trato de hacer lo mío, lo mejor posible. ¿Qué hacen algunos de ellos? Me critican, me obstruyen, me trancan… Muy lindo eso, porque o sino no se puede, fabuloso es “Él tiene la culpa”, pero cuando llega el momento de revisar hacia adentro… te quiero mostrar porque es impresionante la estadística.

Ya me contestó entonces lo de los proyectos en curso.
Sí, se está haciendo una modificación estructural completa. Pero hay una realidad también, esto no era parte no estaba dentro de las prioridades del Municipio, ni de este ni de ninguno. Nadie me pidió en tres años, jamás, ustedes los ciudadanos me pedían que tape los baches, que recoja la basura, que arregle el zoológico, que limpie el Mercado 4, nadie me pedía que inspeccione nada. Yo lo hacía en forma aleatoria y de menor a mayor: primero lo más antiguo y luego lo más nuevo.

Y le tocó lo más nuevo.
Me tocó el más nuevo, el más moderno de todos. ¿Y quién iba a imaginarse que iba a suceder una cosa así? Nadie.

¿Por qué, por lo menos, no dijo, delante de la opinión pública “Aquí estoy”? Usted no comunicó, no salió.
Ya te digo, fue un error, fue un Municipio ausente. Pero andá preguntále a las víctimas quién es el único que les está ayudando?

¿Alguna reflexión final?
Nada, que es un dolor muy grande, una tragedia que ojalá nuca se repita. Porque el dolor de las víctimas hay que respetar pero les voy a ayudar hasta el último día de mi mandato, digan lo que digan, hagan lo que hagan, piensen lo que piensen, eso es real.
















17. Conclusión

Es difícil opinar sobre todo lo que fue Ycuá Bolaños. Si algún familiar o amigo mío hubiese muerto allí, mi rabia sería tanta que quizás no aceptaría ninguna explicación y además, culparía a todos. Pero viéndolo desde “afuera” (aunque a cualquiera de nosotros nos puede tocar el siguiente Ycuá Bolaños), comprendo que cada persona tiene su dosis de responsabilidad. Sin querer entrar en polémicas, creo que es cierto que el dueño de un negocio cualquiera pone en manos de arquitectos, ingenieros, etc. el diseño y la construcción del local, pero es su obligación que se realice el mantenimiento necesario, y quizás los empresarios deban aprender a pedir una segunda opinión de ahora en más. La supuesta norma de mandar cerrar las puertas ante cualquier problema dentro de un supermercado, me parece que es peligrosísima, e irresponsable. Si hay un robo, hay seguros que cubren los gastos, pero nadie cubre ni se puede pagar por la vida de más de 400 personas y la salud de otras 400.

Es decir, yo concluyo que existe responsabilidad de los dueños, de los fiscalizadores de la Municipalidad, de los concejales que deben actualizar las ordenanzas, en parte del intendente, de la sociedad que somos nosotros y debemos aprender y presionar. No es posible que tamaña tragedia no nos haya enseñando una verdadera lección.

Las opiniones aquí expresadas sobre fiscales, policías, etc., (en especial lo que dicen los familiares de víctimas), si acaso lleguen a incluir afirmaciones que no son ciertas en un 100%, deben ser comprendidas, y no criticadas, porque el dolor es tremendo, y ellos sólo están buscando la verdad, y que los culpables paguen, cada uno, en el grado en que han tenido responsabilidad en el hecho. Todas las entrevistas están grabadas y archivadas, y creo que nadie se ha excedido en sus manifestaciones. Lo que espero es que nadie intente entrar en polémicas sobre lo aquí publicado, más bien, que esto en algo pueda contribuir en un mejor entendimiento de todos.

Ycuá Bolaños no puede ser nunca olvidado, y todos los ciudadanos, cuando podemos, debemos acercarnos a las marchas cuando se pide justicia, apoyar a las organizaciones. No debemos más acudir a la “negación”, porque, según dijo el arquitecto entrevistado, hay 30 mil edificios mal construidos sólo en Asunción, edificios a los cuales acudimos constantemente, somos todos posibles víctimas, y aunque el hecho no sea tan grave, al final, por la psicosis, podemos morir aplastados. Como han dicho algunos entrevistados, no bastan las medidas correctas (ojalá las hubiera en todos lados), es también fundamental la educación y el entrenamiento de todos.

En temas secundarios pero igualmente importantes, tenemos la explotación de miles de trabajadores en Paraguay. Miles de víctimas anónimas que día a día trabajan más horas que las ocho reglamentadas, y a fin de mes, con suerte, reciben menos del salario mínimo legal. Sin contar con las presiones y maltratos que reciben, además de todo.

También rescato en todo esto el amor en las familias, entre amigos, etc., cuando asociamos eso con la muerte se torna una mezcla muy triste. Cada día puede ser el último, dicen siempre, y es necesario que aprendamos a valorar ese día que la vida nos regala.

No me canso de repetir lo afirmado por José Luis Simón: el Paraguay es un gran Ycuá Bolaños. Y eso es triste, es decepcionante, es deprimente, especialmente para los jóvenes, quienes vemos un futuro incierto y vivimos con inseguridad aquí, sufriendo los estragos de la corrupción, el nepotismo, las mafias, la suba de los precios de todo…

En Latinoamérica será difícil que vivamos en paz mientras en no exista igualdad, mientras la riqueza no se distribuya más equitativamente, y seguiremos mal y viviendo en la inseguridad mientras la corrupción siga proviniendo desde las autoridades que deberían proteger a los ciudadanos.








[1] Otra sucursal del Ycuá Bolaños.
[2] Luego de la tragedia.
[3] Se refiere a su novia.
[4] N. de la A. Para obtener los datos del experto en caso de querer realizar auditoría, pueden escribirme a karinchun56@hotmail.com
[5] Se refiere a su esposa.
[6] Es una carta con la copia de una fotografía publicada en un diario, donde, en una manifestación frente a la Municipalidad, están personas con fotos y cruces. Una de esas fotos corresponde a Ofelia Noemí, según la carta.